LA GERENCIA QUE NECESITAMOS

La velocidad con la que cambia el mundo hoy en día, impulsado por la democratización de la información, la generación de grandes cantidades de datos que se suben a la red y su aprovechamiento, ha ocasionado una evolución digital que nos ha traído una forma diferente de vivir; hoy en día se han popularizado las BIM, IOT, métodos ágiles, ciudades inteligentes, etc…

Para poder afrontar el desarrollo de esta nueva humanidad, los métodos de gerencia también han tenido que evolucionar a nuevas dimensiones de la Gerencia, desde el Management 1.0 o enfoque tradicional, hasta lo que se conoce hoy en día como Management 3.0 y Management 4.0.

La filosofía tradicional de gerencia (Management 1.0), fueron la máxima expresión del Taylorismo, o la llamada “gestión científica” de Taylor, que profetizaba “en el pasado el hombre fue primero; en el futuro el sistema debe ser primero”; hoy en día esta profecía la hemos hecho realidad, ya que los métodos de gerencia tradicionales documentan todo antes de empezar a mover la primera herramienta.

En la gerencia tradicional, el proceso está por encima de todo. Lo cual ha permitido a la humanidad desarrollarse en la era industrial, generando poderosas herramientas de encarrilamiento de seres humanos, que procesan instrucciones detalladas para producir en masa millones de productos estandarizados, que permiten maximizar la producción y reducir los costos; lo cual no es necesariamente malo, ya que ha permitido a millones de personas acceder a productos que antes no les era posible.

Este tipo de modelo de gestión posee ventajas y desventajas, siendo quizás su mayor desventaja que se haya vuelto extremadamente burocrática; para poder producir un producto, se llenan montañas de carpetas con papeles que prácticamente nadie lee, se gastan miles de horas hombre escribiendo y en muchos casos cortando y pegando párrafos repetitivos para llenar folios y folios de documentos que no aportan mayor valor al producto final (pero que si lo encarecen), solo para cumplir con el “método”(el cual está por encima de todo). Los gerentes nos hemos vuelto consumidores de diagramas de GANTT, que nunca se cumplen; generamos lotes de informes explicando las estrategias para cumplir con las metas, que luego nos obliga a generar más lotes de informes para explicar porque no las hemos cumplido y poder generar nuevos lotes de informes con nuevos diagramas de GANTT para recuperar las desviaciones.

En el desarrollo de proyectos, las mejores prácticas para la generación de proyectos establece (PMBOK), que se debe cumplir con 49 procesos para que un “proyecto” sea exitoso; eso quiere decir, que hay que hacer al menos 49 informes del proceso de gerencia aparte del producto final que se proyecte, para que tu producto tenga “éxito”; y sin embargo, cumplir con esos 49 procesos no te garantiza el éxito del proyecto. Eso es muchísimo papel que llenar; papel que además no le interesa al cliente final, que lo que necesita es que le entregues un producto de calidad y que cumpla con sus expectativas.

En las últimas dos décadas, la industria del desarrollo del software ha venido reprogramándose, para escapar de la camisa de fuerza de los métodos tradicionales de gerencia, generando nuevas formas de gerenciar los procesos en sus organizaciones a través de métodos denominados ágiles, donde el basamento de su filosofía es que “el hacer las cosas tiene prioridad sobre el documentar” y que la “gente es más importante que los procesos”, obteniéndose importantes mejoras en los resultados de sus proyectos.

Para poder implantar esta nueva filosofía de gerencia, se trató inicialmente en las organizaciones existentes de modificar sus procesos y procedimientos, anteponiendo las personas sobre los procesos, pero la mayoría de ellas mantuvieron las antiguas estructuras, con ello dieron inicio a lo que se llamó el Management 2.0; el cual, aunque logró una mejora en los resultados, aún seguían sin aprovechar importantes oportunidades de mejora.

Algunas empresas más flexibles, si lograron realizar una reestructuración completa de sus procesos y estructuras, incorporando además nuevos métodos denominados ágiles para el desarrollo de sus productos (Management 3.0); con ello, lograron mejorar sus índices de productividad de forma apreciable, alcanzando algunas de ellas posiciones en el Fortune 500 como parte del grupo de empresas con los mejores retornos de inversión a nivel mundial.

Estas experiencias nos debe hacer repensar en las organizaciones, las formas de gerenciar tradicionales para volverlas más flexibles; tomar de los métodos ágiles las cosas buenas y optimizar la cantidad de papeles e informes que generamos, dando prioridad al hacer sobre el documentar y a la gente sobre los procesos, porque ¿que son las organizaciones?, ¿no son grupos de personas  trabajando por un objetivo común?;  en este mundo globalizado, se hace necesario desburocratizar los procesos y democratizar la gerencia, hay que incorporar a los equipos de trabajo en las estrategias operacionales; se debe cambiar la filosofía actual para evolucionar a procesos más eficientes y más humanos.

Hoy en día en nuestros países latinoamericanos, sobra gente que es de una escuela de pensamiento y que rechaza las ideas de otra escuela de pensamiento. Si queremos evolucionar debemos ir cambiando nosotros mismos; debemos agruparnos quienes no nos importe de donde vienen las ideas, sino que les importe sólo lo que significan y lo que producen, para así difundirnos y formar más gente con esta corriente de pensamiento. Ésta idea no es mía por cierto; es de Alistair Cockburn que escribió su «juramento de no lealtad», donde rechaza esa mala práctica tan común, de casarse hasta el extremismo con una única manera de gestionar los procesos, hasta el punto de rechazar cualquier idea alternativa.

Así que si estás convencido que gerenciar bien, no es casarse con una práctica u organización específica y que una metodología no hace al equipo ni al producto, estás en el mismo lado de la acera que yo; por lo que tenemos que seguir buscando a más personas que piensen como nosotros para ir germinando esa evolución.

A las empresas las hace su gente. Una empresa sin personas, no es más que un montón de hierros abandonados. La nueva visión de la gerencia “Post-Taylor” debe ser, “en el pasado el sistema fue primero; en el futuro el hombre debe ser primero”.

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